Exposición
Inteligencia artificial
¿La inteligencia artificial, es inteligencia? ¿Por qué la llamamos artificial? La inteligencia de los humanos, entendida como aquello que nos permite comprender el mundo que nos rodea y donde desarrollamos nuestra vida, ya no es una inteligencia exclusivamente humana. Se trata de una inteligencia híbrida y distribuida, que comprende neuronas y chips, recuerdos y bases de datos, imaginación y pronósticos computacionales, pensamientos y algoritmos. A medida que utilizamos la inteligencia artificial (IA) para entender nuestra propia existencia, el límite entre nosotros mismos y la tecnología se hace más difícil de ver: ¿dónde acabamos nosotros y dónde empieza la IA?
¿Hasta qué punto la IA se parece a la inteligencia hu mana? ¿Es realmente capaz de aprender? Y si lo es, ¿cómo lo hace? ¿Es creativa? ¿Es sostenible? Sabemos que puede almacenar muchos más datos que nuestro cerebro, y procesarlos mucho más de prisa: ¿es la razón por la cual conoce el futuro mejor que nosotros? ¿Puede tomar decisiones sin la participación humana? Y si es así, ¿tenemos algo que temer?
La exposición «Inteligencia artificial» se adentra en un recorrido que aborda los primeros sueños de la inteligencia artificial, analizando cómo el desarrollo de la IA se ha visto influenciado por muchos factores distintos, tanto por lo que respecta a aspectos antropológicos de civilizaciones antiguas como por el impulso del ser humano hacia la experimentación científica.
Los humanos siempre han estado fascinados por la idea de crear seres vivos artificiales hechos a su imagen y semejanza, con poderes especiales, ya sea mediante la magia, la ciencia, la religión o la ficción. Estas representaciones han sido expresadas de forma distinta por las civilizaciones a lo largo del tiempo. Al dar vida a los seres que no tienen, los humanos han explorado su lugar en el mundo, a veces sintiéndose poderosos, y otras, temerosos de un mundo que no pueden controlar. Las tradiciones religiosas del judaísmo y el sintoísmo, las ciencias de la alquimia árabe y las primeras matemáticas, y las filosofías góticas continúan influyendo en nuestra percepción de la tecnología actual.
El deseo de utilizar la tecnología para recrear el funcionamiento del cerebro tomó impulso durante los siglos XIX y XX, con la convicción de que el pensamiento racional se podía formular en un número finito de reglas. Durante la década de 1940 la ambición de descifrar el cerebro se vio superada por la idea de imitar su funcionamiento. Inspirados por el comportamiento de las neuronas, los científicos desarrollaron la primera red neuronal artificial, una tecnología capaz de enseñarse a sí misma y sorprender con su aparente creatividad y su capacidad de ver, sentir y moverse. La exposición muestra la evolución de la computación desde las primeras máquinas de cálculo hasta la explosión de datos en el cambio al siglo XXI, cuando nace el aprendizaje automático y lo que conocemos como deep learning (o aprendizaje profundo).
Así mismo, la exposición analiza cómo la IA nos rodea modelando nuestras vidas en el espacio público y privado, a través de los medios de comunicación y los productos que compramos. Mientras podemos serconscientes de algunas de las manifestaciones de la IA, otras están fuera de nuestra vista, entrelazadas en sistemas globales tan complejos que son imposibles de entender completamente. Esta creciente proximidad de la IA plantea cuestiones éticas. ¿Cómo afectará la IA a la privacidad, la libertad y la verdad? Esta sección nos acerca a la IA, enfatizando su funcionamiento más oculto, que nos revela un futuro a menudo apasionante y al mismo tiempo inquietante.
Finalmente, la exposición abre una puerta a la investigación y la transversalidad de las aplicaciones de la inteligencia artificial, y a la fusión con otras disciplinas científicas y artísticas. Ningún ámbito de la vida queda al margen. Un claro ejemplo es el A-Life, un área de investigación que trabaja con un conjunto mucho más amplio de procesos naturales, incluyendo la biología humana y animal, y la ciencia ambiental. En este escenario, empieza a cambiar nuestra idea de lo que es «natural»: la vida orgánica no se fija al nacer. A medida que se crean nuevas partes del cuerpo, nuevos entornos vitales y nuevos seres, queda más claro que nuestro mundo está en cambio permanente.
La IA ayuda a definir nuestro futuro, puede llevarnos hacia nuevas formas de vida, algunas que reconocemos y otras que no. Esto es a la vez descorazonador y liberador. Nos invita a considerar un mundo donde nuestra inteligencia no es la única. Un mundo donde las posibilidades de la inteligencia son más que humanas.
«Inteligencia artificial» presenta nuevos encargos y proyectos de artistas, científicos e investigadores internacionales como Joy Buolamwini, Es Devlin, Mario Klingemann, Kode 9, Massive Attack, Lauren McCarthy, Yoichi Ochiai, Neri Oxman, Anna Ridler, Chris Salter, Sam Twidale y Marija Avramovic, y Universal Everything, así como artistas locales como Eduard Escoffet, MarinaHerlop y Regina Giménez.
Exposición original comisariada y organizada por el Barbican Centre. La City of London Corporation es la propietaria, fundadora y principal patrocinadora del Barbican Centre. Coproducida por Forum Groningen, Países Bajos. Esta versión de la exposición ha sido adaptada en colaboración con el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y el Barcelona Supercomputing Center (BSC).
Comisario local: Lluís Nacenta
Asesor científico: Jordi Torres
Comisarias invitadas del Barbican Centre: Suzanne Livingston y Maholo Uchida