Mentes, mentiras y materiales

La inteligencia artificial puede parecer algo abstracto, inmaterial —una mente sin cuerpo que existe en una “nube”, sin lugar concreto ni existencia material—. Pero, tras esta tecnología, existe una infraestructura material que tiene notables secuelas para el planeta. Según varios estudios, la IA se alimenta de nuestros datos, de creatividad humana y del trabajo a trabajadores precarios. También necesita grandes cantidades de energía y agua para funcionar y trabajar en centros de datos, enormes edificios industriales que contaminan el entorno.

Sin embargo, las empresas que impulsan la IA han fomentado una imagen liberadora y salvadora de tecnología, capaz de ayudarnos a abordar los grandes retos medioambientales, y de emanciparnos de toda clase de tareas penosas. ¿Es posible encontrarles sentido a estas afirmaciones contrapuestas?

En este taller investigaremos lo que hay tras la IA: los datos, el trabajo, la energía y el agua que necesita para funcionar. Para cada uno de estos recursos, investigaremos y compararemos las necesidades de alimentación y secuelas medioambientales de la IA, y aprenderemos y utilizaremos técnicas de investigación que nos permitirán destapar esta capa matérica de la tecnología. Lo compararemos con otras investigaciones, con declaraciones hechas por empresas de IA en comunicados de prensa y declaraciones de responsabilidad social, y también con pronunciamientos realizados por la propia IA. De este modo, mapearemos no solo los rastros materiales de la IA, sino también las controversias que plantea.