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Aunque la inteligencia artificial se integra cada vez más en nuestras rutinas diarias, desde los asistentes de voz hasta las previsiones meteorológicas, los complejos procesos que hacen funcionar estas herramientas siguen siendo un misterio. La popularidad de los modelos de IA generativa, entre ellos ChatGPT, Stable Diffusion y Dall-E, se ha disparado. Sin embargo, el usuario medio suele ignorar todo lo que ocurre bajo la superficie. Los gigantes tecnológicos destinan grandes recursos a entrenar estos modelos en extensos conjuntos de datos, a veces con implicaciones éticas poco claras. Lo que se encuentra normalmente el usuario final no es más que la salida final, generada con un simple clic del ratón.

La pieza pretende levantar la tapa de esta tecnología y exponer el proceso creativo de una IA que emplea conjuntos de datos aprendidos de capturar imágenes de los cuerpos en entornos de ensayo e investigación. Cada conjunto de datos requiere un mínimo de 6000 fotografías del cuerpo. En este caso, será el cuerpo de MANS O y sus ritmos lo que se transmitirá por medio de un conjunto de cámaras a un ordenador que ejecuta un algoritmo que sintetiza lo real en forma digital, informatizando el cuerpo del artista en tiempo real. El resultado es una danza hipnótica entre el cuerpo y el ordenador, todo ello guiado por ritmos innovadores y pesados en graves.