Visita libre en grupo a la exposición «Suburbia»

Suburbia. La construcción del sueño americano propone un recorrido por la historia de los suburbios americanos y por la creación de su imagen arquetípica: esta infinita extensión de casas en propiedad, cada una con su propio garaje y, rodeada de césped, la máxima expresión del “sueño americano”, que todavía hoy sigue expandiéndose a través de todas las áreas urbanas de Estados Unidos y del resto del mundo.

Innumerables manifestaciones artísticas, desde películas, series, fotografías, pinturas o novelas, han contribuido a la creación de este arquetipo universal que, por otra parte, esconde multitud de problemas como los de la insostenibilidad medioambiental -se trata de un modelo basado en continuos desplazamientos en automóvil— o la falta de sociabilidad y el aislamiento.

La exposición termina con un apartado que analiza cómo este modelo norteamericano llegó a nuestro país y cómo ha influido en nuestro paisaje y en nuestra idea de ciudad.

El recorrido se estructura en cinco ámbitos:

1. La construcción del sueño americano. Con la llegada de la Revolución industrial, las grandes ciudades se convirtieron en el motor del progreso pero también fueron percibidas como un sitio “peligroso”. Gracias a la aparición sucesiva del ferrocarril, el tranvía y el automóvil, la revolución de la movilidad posibilitó la colonización progresiva de la periferia de las ciudades que debía transformar el campo en barrios residenciales.
2. El boom de Suburbia. La explosión suburbial se produjo cuando los soldados que habían combatido en la Segunda Guerra Mundial volvieron en masa ansiosos para formar un hogar. Con los créditos que les dio el Estado y la rápida creación de infraestructuras, de repente " había casas hasta el infinito". Era el «estilo de vida americano», que fascinó al mundo entero.
3. La pesadilla residencial. Más allá de las críticas que Suburbia recibía por la banalidad y la repetición de su arquitectura y por la alienación de sus habitantes, a medida que se fue democratizando, que fue abriendo las puertas a todas las clases sociales y minorías racializadas, también empezó a dejar de ser percibida como un entorno seguro. Se introdujo el miedo, incluso el terror. Y la pobreza.
4. Post-Suburbia. Desde hace unas décadas, la frase “vivir en el suburbio” no da ninguna información relevante dada la diversidad radical de suburbios: extremadamente ricos, muy pobres, poblados por “minorías” racializadas, etc.. Por otra parte, desde la aparición del Nuevo Urbanismo en los años noventa, se habla de Postsuburbia. Bajo el paraguas de este movimiento nacieron suburbios supuestamente modélicos como Seaside, utilizado como decorado para El show de Truman. También aparece la idea de reciclar Suburbia para convertir estos barrios sin tejido en enclaves satélite autosuficientes siguiendo la idea de las "ciudades jardín“.
5. La dispersión llega a casa. La periferia de las ciudades europeas, tradicionalmente vertical y obrera, no se parece nada a la estadounidense, pero con la creciente gentrificación, la posibilidad de una vida mejor en la periferia resulta cada vez más atractiva, este último apartado analiza cómo este modelo norteamericano llegó a nuestro país y cómo ha influido nuestro paisaje y en nuestra idea de ciudad.