«Solaris» de Stanislaw Lem

Es un autor de la denominada ciencia ficción dura, uno de cuyos temas principales se centra en los posibles desarrollos tecnológicos y que no está exenta de un ángulo metafísico. Así, en sus ficciones aparecen aparatos, robots, cohetes y tecnologías que permiten el viaje espacial o el contacto con los extraterrestres. A este respecto, como es el caso de Solaris, analiza, sobre todo, los problemas de comunicación y los conflictos que surgirían de un hipotético contacto dadas las diferencias culturales, y postula una alegoría del choque de civilizaciones.

Solaris es un planeta misterioso situado a años luz de la Tierra, formado por un único e inmenso océano que se sospecha que tiene unos poderes extraños. Kris Kelvin es el último cosmonauta que ha llegado a la estación espacial que orbita en torno a este planeta. ¿El planeta está habitado por una inteligencia superior? ¿Es posible la comunicación entre el ser humano y el planeta sensible? Solaris es una obra profunda, densa y fundamental que da cabida a interpretaciones en apariencia contradictorias y que ha generado infinitos debates. La exhaustiva crónica de Lem acerca del planeta está repleta de especulaciones, hipótesis y conjeturas que explican lo que es la ciencia: un proceso que nos conduce con pasos cortos hacia una oscuridad impenetrable, iluminada solo por la tenue luz de nuestras mentes. Asimismo, se trata de una novela claustrofóbica, que ofrece un estudio profundo de la psicología humana y las relaciones afectivas a través de un planeta que enfrenta a los miembros de la estación a sus miedos más íntimos.