Democracia y nacionalismo

La socióloga Liah Greenfeld es autora de una trilogía fundamental en el ámbito de los estudios sobre nacionalismos. El primer libro que la proyectó internacionalmente fue Nationalism. Five roads to modernity, donde, contraponiendo el nacionalismo étnico y colectivista ruso o israelí al nacionalismo cívico y libertario del mundo anglosajón, estudia las diferentes vías de construcción de las identidades nacionales. Más polémico fue The spirit of capitalism: nationalism and Economic Growth, donde Greenfield defiende que el nacionalismo está en la base del capitalismo porque las regiones han prosperado al verse a sí mismas como unidades nacionales competitivas. Mind, Modernity, Madness es su último ensayo, en el que expone las relaciones entre el bienestar mental y un sentido sano de la identidad.

En vez de definir el nacionalismo como una expresión de la modernidad, Greenfeld sostiene que hay que definir la modernidad precisamente por la aparición del nacionalismo, que nacería en Inglaterra hacia el año 1600 y que ocuparía el lugar que las grandes religiones habían ocupado en la época anterior. Durante tres siglos el nacionalismo habría sido el sistema cultural dominante, un generador de orden, el bastión de la conciencia moderna secular. El sentido de comunidad de las naciones habría sido, dice ella, anterior a sus estructuras políticas. Pero, ¿cómo se ha manifestado el nacionalismo en los diferentes países? ¿Qué influencia tuvo en la construcción de los estados? ¿Qué relación tiene con las democracias actuales? ¿Existe un papel para los nacionalismos en el mundo globalizado?