Ladislas Starewitch
Entomólogo y cineasta
Pionero y maestro indiscutible de la animación de marionetas. Entomólogo de formación y cineasta autodidacta, Starewitch realizó más de un centenar de obras, en Rusia, Lituania y Francia, desde principios del siglo XX y hasta mediados los sesenta.
Tras iniciarse en el cine en Moscú, dirigiendo películas con actores, descubrió en la animación un vehículo perfecto para, en un primer momento, exponer sus observaciones científicas y más adelante, dar lenguaje y forma a las imágenes de su desbordante imaginación. Sus personajes –insectos, y todo tipo de animales antropomórficos- parecen sacados de un singular y encantador gabinete de maravillas.
Cien años después de sus primeras realizaciones, sus relatos —muchos de ellos, como La cigale et la fourmi (1927) o Fleur de fougère (1949) son adaptaciones libres de fábulas o de cuentos—, su moderna sintaxis y la extraordinaria naturaleza de sus marionetas siguen despertando la admiración de los profesionales de la animación y de artistas de todos los ámbitos. Su cine, con obras singulares como Fétiche mascotte (1933) o Le Roman de Renard (1941), ha sido elogiado calurosamente por directores de la talla de Terry Gilliam, Nick Park o John Lasseter, y ha ejercido una influencia decisiva en el trabajo de realizadores como Tim Burton y los hermanos Quay.
Es uno de esos contadísimos cineastas a los que, sin miedo a exagerar, se les puede definir como esenciales, como verdaderamente originales. Tras pasar décadas en el olvido, su obra empezó a restaurarse en los noventa. Hoy se multiplican las proyecciones de sus películas en todo el mundo y se encuentra en vísperas de pasar de ser un autor de culto para transformarse en un descubrimiento para el gran público.
Actualización: 30 noviembre 2020