Fronteras

La Europa moderna se construyó sobre una idea de Estado-Nación en la que comunidad, cultura y poder eran una sola unidad, geográfica y metafórica, claramente diferenciada de la Nación vecina. Las fronteras eran entendidas como un lugar de paso entre estas unidades, cada una de las cuales reconocía y defendía la identidad propia. A su vez, se consolidaron en el imaginario colectivo fronteras que separaban Europa del resto de culturas, consideradas, más o menos según el caso, expresión de la barbarie.

A lo largo del siglo XX, el progreso de las ciencias sociales y el desmantelamiento de las estructuras coloniales son el inicio de un cuestionamiento progresivo de la idea de frontera, de manera que aquellos límites que habían sido considerados "naturales" comienzan a ser entendidos como resultado de un proceso de construcción política, social y cultural. Con el proceso de mundialización, las fronteras geopolíticas y simbólicas se desmiembran y nace el imaginario de la "ciudad global", mestiza, en la que la frontera deja de ser un lugar de paso y se convierte en un espacio de convivencia: cada lugar puede ser el umbral entre nosotros y el otro. Mientras tanto, las fronteras geopolíticas continúan teniendo una importancia fundamental en la configuración de nuestro entorno.

¿Cómo se ha transformado la idea de frontera? ¿Qué fronteras persisten y cuáles son las nuevas que están apareciendo? ¿En que medida las fronteras emergentes pueden hacer peligrar la defensa de unos valores universales?