«La Trilogie des Contes Immoraux (pour Europe)» de Phia Ménard
Grec 2022 — Mercat de les Flors
Amigos CCCB
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Una artista dispuesta a renovar el lenguaje del teatro contemporáneo lleva a escena una creación en forma de una trilogía de performances. Son unas fábulas políticas que indagan en la creación y el estado actual del continente europeo.
El origen de la trilogía, estrenada en el Festival de Aviñón del 2021, se halla en la invitación que Phia Ménard, cabeza visible de la Compagnie Non Nova, recibió en el 2016 para participar, en Atenas, en la edición número catorce de la Documenta de Kassel. La artista viajó a la ciudad alemana y a Atenas para encontrar, en una y en otra, los orígenes de una Europa monstruosa, por una parte, y el reflejo romántico de una Europa mitificada, por la otra. A partir de aquí, concibió una serie de performances que adoptan la forma de historias mitológicas o de cuentos de hadas mediante los cuales alude a la construcción y deconstrucción del continente europeo. En la primera de estas performances, Maison Mère, o ‘casa madre’, nos muestra a una diosa construyendo la primera casa de la Humanidad. La verás erigir una gran edificación de cartón que recuerda al Partenón (o quizás a un Cartenón), una construcción tan precaria como las viviendas de una generación de trabajadores y trabajadoras sin recursos hijos de la era Thatcher y que podían perfectamente desaparecer bajo una tromba de agua. En la segunda performance, Temple Père o ‘templo padre’, hace referencia a la sumisión de hombres y mujeres al sistema llevando a escena un ultraliberalismo que ella identifica con el patriarcado. Lo simboliza con la erección simbólica de una gran torre de Babel, una construcción fálica aparentemente inacabable durante una especie de ritual coreográfico y arquitectónico de sabor industrial. Finalmente, la tercera performance, La Rencontre*Interdite, algo así como «el encuentro prohibido», transcurre en un espacio desierto. Es la historia de una desaparición anunciada que constituye tanto un adiós a la inocencia como un llamamiento a la revuelta. Contiene una imagen de transformación simbolizada por la propia Phia Ménard que, en toda su desnudez, muestra un cuerpo que años atrás fuera masculino y hoy es femenino, aludiendo con su propia experiencia personal a una Europa que se reconstruye a sí misma. Porque la construcción, destrucción y reconstrucción simbólica de todo un continente en el escenario conforman un espectáculo incisivo durante el que el público se ríe, vive momentos de angustia o se deja llevar por la tristeza.