«El tío Vania» y «El beso», Chéjovv + «Entre rusos», Colin Thubronv

La segunda sesión del curso estará dedicada a Rusia, combinando una mirada clásica y otra actual. La figura de Chéjov resulta ineludible, al igual que, si nos acercamos al maestro, hay que atender a su producción dramática y sus relatos. Junto con La gaviota (1896), Tres hermanas (1902) y El jardín de los cerezos (1903), El tío Vania (1897) es la obra maestra dentro de la producción teatral de Antón P. Chéjov. Estas cuatro piezas cambiaron el curso de la tradición teatral rusa, europea y norteamericana. Por primera vez, su responsable renunció a desarrollar una acción dramática convencional y se concentró en la pintura de atmósferas, y así logró que, por debajo del texto, sin hacerse nunca explícita del todo, se revele siempre lo que podríamos denominar la vida enterrada: la auténtica vida interior de los personajes, los estados de ánimo de unos hombres y unas mujeres que, con más o menos angustia y con más o menos resignación, asisten al cumplimiento del destino que les ha correspondido mientras

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