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Exposición

Barcelona– Valencia – Palma

Una historia de confluencias y divergencias

El CCCB y el Departamento de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat de Catalunya presentan, del 26 de mayo al 12 de septiembre de 2010, la exposición «BVP», comisariada por Ignasi Aballí, Melcior Comes y Vicent Sanchis. La muestra es una aproximación a las confluencias y divergencias de tres ciudades mediterráneas: Barcelona, Valencia y Palma.

Se trata de tres ciudades que en muchos momentos han ido de la mano o han transitado sobre las mismas líneas de fuerza, lo que resulta patente al evaluar su historia y al pensar de qué forma han evolucionado en los últimos siglos. Así, más allá de la lengua común, hallamos una arquitectura y un urbanismo parecidos, una geografía humana perfectamente equiparable y una estética urbana que las hermana, aunque siempre han conservado cada una de ellas sus particularidades, pasando por épocas de distanciamiento y de confrontación.

La exposición muestra la situación presente de Barcelona, Valencia y Palma, desarrollando dos aspectos fundamentales: el paisaje urbano y el paisaje humano.

La ciudad del futuro

La ciudad del futuro o la ciudad que nos espera. Intentaremos dar un salto adelante ―nos situamos en el año 2085– para descubrir de qué modo evolucionarán las tres ciudades para adaptarse o enfrentarse a las contingencias que puedan presentarse, derivadas de un posible cambio climático que desdibuje la relación de la ciudad con el mar.

Lengua

Barcelona, Valencia y Palma comparten desde el siglo XIII la lengua catalana. En la actualidad en Valencia casi sólo se habla castellano; en Barcelona castellano y catalán comparten espacio vital, y en Palma, también, aunque el castellano gana terreno. Legalmente, ambas lenguas son oficiales en las tres ciudades. Al mismo tiempo, en las tres ciudades han confluido muchas más, de uso familiar o limitado al barrio en el que viven los hablantes, como consecuencia de la nueva inmigración de los últimos años: tamazig, urdu, chino... Así pues, este espacio repasa en todas las direcciones la realidad lingüística de las tres ciudades a partir de un estudio del GELA (Grupo de estudios de lenguas amenazadas) en colaboración con el CUSC (Centro universitario de sociolingüística y comunicación), bajo la dirección de Carme Junyent.

Ciudad espectáculo

Las tres ciudades han realizado una apuesta clara para convertirse en un foco de atracción de acontecimientos notables. Han querido capitalizar multitud de movimientos económicos, sociales, culturales y deportivos para atesorar una atención que se traduce en ingresos económicos, que contribuyen al prestigio y al dinamismo de la ciudad. Las tres capitales se han sumado a una estrategia que pasa por rehabilitar zonas depauperadas, postergadas o vírgenes de crecimiento para situar en ellas grandes construcciones ―iconos arquitectónicos de fama internacional― que sirven de excusa para dar empuje a todo un nuevo espacio ciudadano, convertido en escenario o exhibición de la imagen que la ciudad desea difundir a todo el planeta.

La apuesta por reinventarse a base de acontecimientos y equipamientos sitúa a las tres ciudades en un escaparate que no evoluciona ni en contenidos ni en investigación.

Ciudad fea: corrupción urbanística y turismo

Los cascos antiguos de las tres ciudades están bastante degradados, la trama urbana medieval se ha descompuesto en buena parte y los vestigios que permanecen del pasado son escasos. Por otro lado, el crecimiento urbano de los años sesenta tuvo como consecuencia barrios periféricos con viviendas con muchas carencias estructurales y de servicios. En los últimos años ha habido muchos intentos públicos y privados tanto de restauración y conservación de los cascos antiguos como de mejora de los periféricos, pero todo ello no ha bastado. En estos últimos años, el turismo ha aumentado exponencialmente. En este espacio de la exposición queremos preguntarnos: ¿Qué ciudad encuentra el turista al aterrizar en ella? ¿Cómo le recibimos? ¿Qué le ofrecemos?

En este ámbito existe un lugar para la fealdad, la corrupción y la degradación, no sólo económica, sino también estética, ética y de paisaje.

Ciudad hedonista

Barcelona, Palma y Valencia son ciudades mediterráneas, con el mar al lado, se han asentado en una llanura y han crecido, presentando un comercio siempre activo y un clima agradable. Sus habitantes viven en un ámbito envidiado, asomados a la calle y a la vida pública. Y, aunque con diferencias y matices, históricamente siempre han disfrutado de ello. En la actualidad, la economía de las tres ciudades posee como punto básico el turismo. Un turismo de masas que ha supuesto un crecimiento desbocado de una oferta de ocio barata y a menudo molesta para sus vecinos. El placer, pues, tiene varias expresiones y varias interpretaciones también, pero, en cualquier caso, comparte un protagonismo importante en las tres ciudades.

Ciudad medieval

La ciudad gótica forjó el espíritu de las tres ciudades, confundidas en un mismo carácter que se traduce en una pasada y aún distinguible configuración ―las murallas, las calles gremiales, las lonjas, las catedrales y las iglesias―, acentuada, además, en el hecho de que artesanos y arquitectos que alzaron los edificios más notables de este periodo tenían relación con las tres ciudades, iban y venían entre la una y la otra y así nos han dejado en ellas obras perdurables. Con la llegada de la modernidad, de la clase burguesa y de los movimientos higienistas, las murallas de las tres ciudades se derribaron y se forzó la edificación de los ensanches.

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Recorrido por la muestra realizado por el Departamento de Audiovisuales del CCCB.

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