Cuerpo
El cuerpo es uno de los grandes campos de batalla política y cultural del presente. Los estudios de género y el pensamiento poscolonial han contribuido a ampliar los derechos y libertades vinculados al cuerpo humano. El feminismo es hoy el emblema de la lucha por la igualdad de las mujeres, pero, más allá de los derechos de las mujeres, es sobre todo un movimiento con dos mensajes universales: la lucha para dar visibilidad a los colectivos invisibles y, por lo tanto, por el reconocimiento de la alteridad como principio, y la convicción de que el cuerpo y la vida personal son siempre en última instancia espacios políticos y culturales.
Abordar el cuerpo como ámbito prioritario es también reivindicar la presencialidad en un mundo cada vez más virtual. Es confiar en el encuentro físico de personas desconocidas, en la posibilidad de mirarse a los ojos y reconocerse mutuamente. Es la defensa de la sorpresa, la curiosidad y la apertura hacia lo imprevisto. Es, en definitiva, un compromiso con el aquí y ahora y una reivindicación de la mezcla de lenguajes y de las artes escénicas como vehículo para canalizar una de las grandes singularidades humanas: la creación.