Tomar la palabra

¿Necesitamos nuevas palabras para describir el mundo? ¿Todavía nos sirven los conceptos tradicionales de la política para entender las condiciones en que vivimos y actuamos? ¿Son útiles para explicar la multiplicidad de fuerzas, problemas y sueños que conforman la vida colectiva? La erosión de las formas tradicionales de hacer política y el descrédito de las instituciones; los cambios de escala, velocidad y perspectiva de un mundo globalizado; las nuevas relaciones entre identidad, poder, Estado y mercado, o la profundidad de las transformaciones tecnológicas han ampliado y, en algunos casos, forzado los límites y las posibilidades de estas categorías. «Igualdad», «libertad», «soberanía», «ciudadanía», «Estado»: hay que repensar y revisar las palabras de la política a la luz de estas nuevas circunstancias con el fin de ampliar las posibilidades de actuar, comprender y cambiar las condiciones de nuestra vida en común. Tomar la palabra, renovar su sentido, es también una manera de reconquistar el mundo.