Actividad

jueves 23 octubre, 19:30

David Rieff y Rafael Vilasanjuan

Las crisis humanitarias

A principios de los noventa, mientras en Occidente nos felicitábamos por la caída del comunismo y el imperio soviético, la estructura de seguridad que ayudó a que todo esto ocurriera comenzó a derrumbarse. La fuerza que evitó el desastre de un enfrentamiento nuclear entre los dos grandes bloques fue incapaz de frenar otro tipo de conflictos más convencionales y en los que estaban en riesgo un buen número de vidas humanas.

Desde entonces las intervenciones de ejércitos occidentales se han ido sucediendo y el papel de Occidente en la seguridad mundial, desde Somalia hasta Irak, pasando por Bosnia-Herzegovina, Chechenia, Kosovo, Sierra Leona, Congo o Afganistán, ha ido moldeando progresivamente el discurso de intervenciones humanitarias, pasando de la vieja doctrina de injerencia a la de las guerras justas, para acabar en el concepto más sofisticado de una guerra preventiva contra el terror. Y todo en función de un bien mayor.

En resumen, nos enfrentamos a una nueva doctrina moral universal que moviliza sus recursos para mejorar, pretendidamente, la condición humana universal, en algunos casos bajo la intervención de la ONU, en otros, bajo la bandera de la OTAN y, finalmente en coaliciones agrupadas bajo el liderazgo de los EE.UU. Pero, ¿hasta qué punto la proliferación de las denominadas guerras justas y el entusiasmo por valores éticos, democráticos y humanitarios ha beneficiado a las poblaciones expuestas a una violencia y un sufrimiento masivo?

El testimonio de David Rieff, que ha escrito sobre catástrofes humanas durante todos estos años, revela la hipocresía de las intervenciones, la manipulación de los organismos internacionales y la trampa de la ayuda que no deja de ser, en muchas ocasiones, la mejor excusa para aliviar el sufrimiento de nuestras conciencias frente a la realidad de las víctimas.

David Rieff opina para la CNN sobre la detención de Radovan Karadzic, 2008.