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Exposición

Occidente visto desde Orient

Occidente visto desde Oriente es una exposición sobre cómo hemos sido y somos vistos los occidentales -los europeos en particular- por parte del Oriente islámico.

En la preparación de la exposición se ha observado, desde el principio, que históricamente los orientales se han fijado mucho menos en los europeos de lo que nosotros lo hemos hecho en ellos. Si el orientalismo es una tradición cultural en Occidente, Occidente es un objeto raro en la creatividad de las culturas orientales.

El recorrido de la muestra permite observar que el Islam ha sido dividido en su forma de ver Occidente, al mismo tiempo que subraya cómo las diferentes miradas y actitudes han convivido simultáneamente a lo largo de la historia. El conflicto, la solidaridad, el intercambio, la fascinación... no se alternan en el tiempo, sino que coinciden.

Para entender mejor esta compleja visión, la exposición presenta siete secuencias diferentes y un total de 215 obras . Cada secuencia o apartado de la exposición confronta la mirada del pasado (siglos xii al xix ) con la del presente. Miniaturas, manuscritos, mapas, pinturas y fotografías ilustran cómo el Islam ha visto a Europa a lo largo de los siglos. Junto a estas obras i documentos, imágenes de otros lenguajes artísticos ofrecen la clave contemporánea de la cuestión.

Las voces contemporáneas se recogen, por un lado, en la obra de nueve artistas plásticos ( Marjane Satrapi, Zoulikha Bouabdellah, Mohamed el Baz, Shadi Ghadirian, Jellel Gasteli, Bouchra Khalili, Hassan Musa, Khosrow Hassanzadeh, Touhami Ennadre ) a los que se ha invitado a dar su visión de Occidente. Por el otro, se ha grabado el testimonio de cinco escritores: Houda Barakât, Nilufer Gölë, Sorour Kasmaï, Daryush Shayegan y Salah Stétié . Las entrevistas resultantes se proyectarán en las salas y, junto con las obras de los artistas antes citados, constituyen un material inédito de gran interés para la reflexión que el CCCB desea presentar.

Comisariado: Abdelwahab Meddeb

1. Al-Idrîsî, una descripción de Europa
El punto de partida de la exposición es el mapa que realizó el geógrafo árabe al-Idrîsî cuando estaba al servicio del rey cristiano, el normando Rogelio II de Sicilia (1105-1154). Por encargo de su real protector, al-Idrîsî escribió el libro Divertimento para quien desee recorrer las diferentes partes del mundo, donde la descripción sistemática de Europa se incorpora al ámbito del saber en lengua árabe. La descripción comienza por los territorios que hoy corresponden a Italia y España -las regiones más conocidas por al-Idrîsî- y llega hasta Inglaterra, Dinamarca, Suecia, Noruega, Polonia y Rusia, pasando por Bretaña, Francia, Flandes, Alemania, Bohemia, Hungría, Sajonia y los Balcanes.

Hemos pedido a la artista de origen iraní Marjane Satrapi que respondiera a esta secuencia con una obra original pintada in situ.

2. Ibn al-Munqidh, entre la yihâd y las cruzadas
Hemos escogido al sirio Usâma Ibn al-Munqidh (1095-1188) para representar la mirada islámica sobre las cruzadas. Se trata de un musulmán ilustrado, que tuvo una participación imparcial y que comparte el espíritu caballeresco practicado tanto en Occidente como en Oriente. En un cierto momento, Usâma habla del Otro occidental como de un enemigo a quien se le puede conceder la amistad.

Hemos pedido a la videoartista de origen argelino Zoulikha Bouabdellah que responda a la figura de Ibn al-Munqidh filmando los restos de su castillo familiar, una fortaleza construida en Shaizar, al norte de Siria.

3. La diversidad en la semejanza
El Corán contiene elementos de la Biblia y de la literatura judía ajena a la Biblia, aparte de algunos episodios extraídos de los Evangelios y de los Apócrifos. La iconografía religiosa del Islam se inspira precisamente en estos episodios.

Sin duda, la convivencia con los cristianos se encuentra en el origen de esta tradición pictórica. La vecindad cristiana fue un estímulo que incitó a los pintores musulmanes a poner en imágenes la vida de su profeta, a pesar de la iconofobia que les atribuye la tradición y que se pone de manifiesto en la ausencia de iconos del templo musulmán.

Para acompañar esta secuencia hemos pedido al artista plástico de origen marroquí Mohamed El Baz que realizara una instalación inspirada en el sacrificio de Abraham y en sus repercusiones actuales.

4. Pintar Occidente
La pintura ha jugado un papel esencial en esta relación de reconocimiento entre Europa y el Islam. Así, la pintura islámica da testimonio, de múltiples maneras y ya desde el siglo XV, del conocimiento de Occidente.

Hemos encargado a la fotógrafa iraní Shadi Ghadirian una obra que, partiendo de Teherán, expresara su representación del Otro occidental.

5. El deseo de occidentalización
La fascinación del Islam por Europa coincide con el impacto de la Revolución Industrial y todo cuanto ella arrastra.

En el Islam surgió un importante debate sobre la forma de llevar a cabo la adaptación a las nuevas condiciones materiales permaneciendo fiel a la propia herencia. El proceso de occidentalización comenzó por la voluntad de conocer y asimilar los modos europeos y las razones filosóficas, políticas y morales que habían conducido a su emergencia.

Europa constituyó un tema de debate para todo el Islam desde el siglo XIX. La controversia creció en intensidad cuando la hegemonía del Viejo Continente empezó a poner en peligro la territorialidad islámica con el fenómeno colonial. Y los reformistas «occidentalistas» musulmanes decidieron luchar contra el despotismo local y la dominación occidental.

5.1 - La fotografía y los reyes
El emir Abd el-Kader, El sultán otomano Abdülhamid II, El emperador Meiji, El emperador Pedro II de Brasil
Es conocida la fascinación por la fotografía que experimentaron algunos monarcas orientales desde mediados del siglo XIX. La cuestión de la imagen y del retrato oficial de cuatro soberanos no europeos nos permitirá apreciar un complejo espectro de reacciones que abarca desde la simple atracción por la novedad técnica cuyo dominio simbolizaba la adhesión a la modernidad, hasta el debate con implicaciones políticas y teológicas en torno a la imagen y su sacralización.

5.2 - La modernización de las sociedades islámicas
Todas estas transformaciones son documentadas por la nueva técnica fotográfica. En este proceso de occidentalización dirigido como una política de Estado, a veces sufrido y a veces asumido, podemos destacar asimismo la emergencia de una nueva figura de artista, que adopta las técnicas y los esquemas de las artes visuales europeas para testimoniar, mediante la fotografía o la pintura de caballete, el estado de su sociedad, dividida entre las innovaciones que le son contemporáneas y la permanencia de los ritos tradicionales.

5.3 - El viaje a Occidente
A partir de la década de 1830, el viaje a Europa se convierte en un pasaje obligatorio para el político reformista, para el ilustrado partidario de la modernidad, para el teólogo reformador y para el estudiante en busca de saber. Uno de los elementos que impresiona más a los viajeros orientales es la libertad que disfrutan las mujeres. Debido al grado de reclusión y desigualdad al que la mujer se ve sometida en la tradición islámica.

Hemos pedido a la videoartista marroquí Bouchra Khalili que nos ofreciera una réplica sobre el tabú del amor al extranjero tal y como puede alojarse en el corazón de una mujer de origen islámico.

6. Del amor a la crispación
La occidentofilia se ha expresado a través del amor al arte occidental de los coleccionistas de origen islámico. A principios de la década de los treinta, el presidente del Senado egipcio, Mahmud Khalil, reunió una colección de arte europeo del siglo XIX con obras maestras de Delacroix, Fromentin, Millet, Degas, Manet, Monet, Sisley, Pissarro, Renoir, Van Gogh, Gauguin y Rodin, entre otros.

Por otra parte, en 1974 y por iniciativa de la emperatriz Farah Diba, se creó el Museo de Arte Contemporáneo de Teherán, con obras emblemáticas de diferentes tendencias artísticas europeas y norteamericanas del siglo XX (de Max Ernst a Andy Warhol, pasando por Pollock y Tàpies). Tras la revolución de Jomeini y con el gobierno de la República Islámica, la colección ha sido enterrada en los depósitos.

7. La guerra de imágenes
Al final de la década de los veinte, el antioccidentalismo radical fue teorizado e incorporado al discurso político mediante la ideología de combate de los Hermanos Musulmanes. En esta misma época de entreguerras, los partidarios de la adaptación y la imitación del modelo occidental fueron refinando sus reivindicaciones. Desde entonces, la historia de los países islámicos ha venido marcada por la línea divisoria que separa las tendencias occidentófilas de las occidentófobas.

El antagonismo se ha intensificado en los últimos decenios con las nuevas tecnologías de la comunicación (televisión por satélite, Internet...). Es en este momento cuando surge entre Oriente y Occidente la guerra de imágenes.

La filmación de la destrucción de los budas de Bamiyán por parte de los talibanes y de al-Qaeda o las imágenes del ataque a las torres de Nueva York demuestran que la guerra de imágenes forma parte de la estrategia de los terroristas antioccidentalistas. Pero conviene recordar que esta tendencia no se ha producido únicamente entre los terroristas islamistas y Occidente, sino también entre dos campos irreconciliables en el interior del mismo Islam, divididos en su manera de entender Occidente como problema del pensamiento y del ser.

Las obras de cuatro artistas de orígenes muy diversos -Hassan Musa, Khosrow Hassanzadeh, Samira Makhmalbaf y Touhami Ennadre- afrontan esta cuestión y responden con diferentes acentos y matices a este conflicto.

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